"La esfinge que pretende salvar Portugal"
Se há coisa em que o “El País” se distingue dos nossos periódicos, é pelas doses de humor que inclui nos seus artigos, com algumas tiradas geniais; desta vez, a vítima foi Cavaco Silva. Aqui ficam algumas passagens:
(...)El pasado 20 de octubre, dia de la presentación de su candidatura a las elecciones presidenciales del próximo 22 de enero, Aníbal Cavaco Silva apareció rodeado de banderas portuguesas y con la mandíbula apretada y el tono solemne del que habla imbuído por una misión cuasi divina(...)
(...)Ali estaba, por fin, trás vários meses de infinitas dudas cuidadosamente irresueltas sobre su candidatura, el esperado Cavaco, el optimista Cavaco; el tecnocrata Cavaco. El competente, el incorruptible, el eficaz, el pragmático, el triunfador nato, regresaba de un (más ou menos) silencioso retiro de diez aos. Lo hacía en el sitio oportuno (el Centro Cultural de Belém, farónica obra que marco su mandato de una década(...)).
(...)El autor de aquella célebre frase dirigida a la oposición (“deixem-me trabalhar”, “yo nunca me equivoco”) estaba de regreso para felicidad de la mitad de os portugueses y horror de la otra mitad. Era el mismo hombre (...), considerado siniestro y dictatorial por unos y trabajador y encantador por otros(...).
(...)Sea como fuere, lo más sorprendente es que, a sus 66 años, Cavaco parece haber convertido el silencio en el eje central de su estratégia electoral. Los portugueses saben desde siempre que no le gusta hablar de politica (...) pêro fue a hacer una entrevista en televisión y estuvo tan parco que la locutora acabo casi desquiciada, rogándole que se extendiera más para que los portugueses supieran “lo que piensa”(...)
(...)Pêro quedan muchos días hasta las elecciones de enero, y quizá a Cavaco no le baste con eso. Quizá él, que se define como un politico no profesional pero a la vez esgrime sus 15 años de experiencia politica como mérito (...) lo sabe también (...).
(...)Y esta semana ha comenzado a dar señales de que hay vida inteligente más allá de su gran sonrisa blanca(...) Ante la polémica suscitada por la orden del Ministério de Educación que obliga a los institutos públicos a retirar los crucifijos de las aulas, Cavaco salió a la palestra con una declaración contenidamente demagógica de católico ofendido.(...)
(...)El pasado 20 de octubre, dia de la presentación de su candidatura a las elecciones presidenciales del próximo 22 de enero, Aníbal Cavaco Silva apareció rodeado de banderas portuguesas y con la mandíbula apretada y el tono solemne del que habla imbuído por una misión cuasi divina(...)
(...)Ali estaba, por fin, trás vários meses de infinitas dudas cuidadosamente irresueltas sobre su candidatura, el esperado Cavaco, el optimista Cavaco; el tecnocrata Cavaco. El competente, el incorruptible, el eficaz, el pragmático, el triunfador nato, regresaba de un (más ou menos) silencioso retiro de diez aos. Lo hacía en el sitio oportuno (el Centro Cultural de Belém, farónica obra que marco su mandato de una década(...)).
(...)El autor de aquella célebre frase dirigida a la oposición (“deixem-me trabalhar”, “yo nunca me equivoco”) estaba de regreso para felicidad de la mitad de os portugueses y horror de la otra mitad. Era el mismo hombre (...), considerado siniestro y dictatorial por unos y trabajador y encantador por otros(...).
(...)Sea como fuere, lo más sorprendente es que, a sus 66 años, Cavaco parece haber convertido el silencio en el eje central de su estratégia electoral. Los portugueses saben desde siempre que no le gusta hablar de politica (...) pêro fue a hacer una entrevista en televisión y estuvo tan parco que la locutora acabo casi desquiciada, rogándole que se extendiera más para que los portugueses supieran “lo que piensa”(...)
(...)Pêro quedan muchos días hasta las elecciones de enero, y quizá a Cavaco no le baste con eso. Quizá él, que se define como un politico no profesional pero a la vez esgrime sus 15 años de experiencia politica como mérito (...) lo sabe también (...).
(...)Y esta semana ha comenzado a dar señales de que hay vida inteligente más allá de su gran sonrisa blanca(...) Ante la polémica suscitada por la orden del Ministério de Educación que obliga a los institutos públicos a retirar los crucifijos de las aulas, Cavaco salió a la palestra con una declaración contenidamente demagógica de católico ofendido.(...)
Lol, mas isto está genial! O jornalista que escreveu este artigo devia vir cá para Portugal ser o assessor de imprensa de algum dos candidatos de esquerda ;-)
Posted by Mariana | 4/12/05 10:46 da tarde